La experiencia Abu Dabhi 2014 no ha sido todo lo buena que esperaba, ni me ha dejado buen sabor de boca, pero aún así ha sido una buena experiencia. Ha sido una carrera dura, con un nivel muy alto, además un viaje interesante y de alguna manera he disfrutado de todo eso.
Ha pasado una semana y parece que fue ayer. Allí pasaron los días muy rápido y una vez aquí parece que esta semana de recuperación me he quedado en stand by analizanzo mi rendimiento e intentando recuperarme al 100 %.
La carrera no salió ni de lejos como yo esperaba. Se trataba de buscar un rendimiento más alto al del año pasado sobre todo en la bici y no fue así.
A pesar del alto nivel de mis rivales, yo tenía mi propio objetivo, que era, plantarle cara a los 200km de bici con una buena actuación. Este invierno han salido buenos entrenamientos de agua y de bici y estaba para ello. No tuve el día, puede ser el cúmulo de circustancias, de no descansar bien, el jet lag, mi primer viaje tan lejos, el cambio de comidas, una pequeña infección, muchas cosas, más un día malo, las que no me dejaron sacar nada a nivel de rendimiento.
No vale decir estaba para ello, se trata de demostrarlo y ese será mi siguiente objetivo.
Desde el principio de la carrera, desde las primeras brazadas vi que no arrancaba fuerte. En el agua empecé a descentrarme y a agobiarme pero intentaba darle la vuelta a la situación. Cogí la bici y aquello no iba a mejor, no conseguía coger la posición cómoda en la bici, ni pedalear con fuerza ni cadencia. 200km por delante con el mal día que tenía se me planteaban muy duros. Pero había ido a hacer esos 200km, así que poco a poco había que ir haciéndolos de la mejor manera posible. A pesar de no hacer un día muy extremo climatologicamente, si que hacía mucho calor y notaba un dolor de cabeza y un «aplatanamiento» considerable. Intenté beber y comer todo lo que pude pero el cuerpo tampoco tragaba a la velocidad que yo quería. Tenía continuamente lo que ingería para arriba y para abajo.
La carrera, aun así, tenía sus encantos, cruzarme con grandes triatletas, tener que llegar hasta el el circuito de formula 1 «Yas Marina» en cada vuelta, muchos carriles, el desierto… Y con todo esto fui marchando hacia delante. Parecía que iba recortándole a una chica y aquello me motivó también un poco.
Lo peor llegó cuando parecía que sólo quedaba volver del Yas Marina a T2, Km155 más o menos. Aún no se cómo, en menos de medio segundo diría yo, estaba sobre el asfalto y con la bici encima. Y sigo sin saber cómo, porque me quedé en blanco, fue muy rápido. Creo que al desacoplarme y ponerme de pie, pisé un catadrióptico del suelo y me resbalé del manillar y así me caí.
De repente estaba en otra historia paralela. Yo y mi bici encima. Parecía que había desaparecido la carrera de allí. Me incorporé, sentía un disgusto de la pera. Cogí los trozos que saltaron del casco y los aparté, metí la cadena a la bici e intente ponerme en marcha lo antes posible ya que pensaba que Rober vendría por detrás y no quería que me encontrase allí tirada.
Me monté en la bici y esta no iba fina fina, pero iba, rozaba un poco la rueda y estaba la cinta de manillar rota pero iba. Yo, también iba, no tenía nada roto y al final eso ha sido lo más importante. Pero tenía sobre todo escozor, el sudor me picaba y no podía apoyar el codo en el acople. Tenía miedo de que se me achicharraran las heridas e ir poniéndome peor, pero no ocurrió.
Fui hasta la T2 con un golpe de adrenalina y pensando en que era lo que había pasado.
Me bajé de la bici y me encontré a Rober, había tenido un día malo también y estaba con una gran cara de preocupación por mi retraso. Le dije que me había caído y me metí a cambiarme. Los dolores del golpe aún no habían salido y veía que podía acabar. Había hecho esos 200km eternos en bici así que ahora tenía que conseguir disfrutar. Además tenía el aliciente del premio. Así que me calcé las zapatillas y a por ese paseo marítimo.
No era lo que había imaginado, estaba corriendo muy atrás, la gente que había iba bastante mal y yotambién iba hecha un ziasco.
Pero conseguí disfrutar!! Disfrutar de ese paseo marítimo, esos edificios, el calorazo, del dolor…
Una vez en meta fui atendida por los servicios médicos, chapa y pintura!
Recogimos todo y cabizbajos nos fuimos para el hotel. Poco teníamos que decirnos y mucho que pensar.
Tras la carrera tuvimos dos días para hacer turismo y lo pasamos bien. El país, la cultura, la gastronomía, sus desiertos, las playas, los edificios, su manera de conducir, la manera de tratarse entre ellos, merece la pena conocerlo.
El trato de todo el mundo en cada sitio ha sido increíble.
La gran mezquita ha sido el edificio que más me ha gustado, sobre todo por fuera. Además el día que fuimos había una luz en la calle que la hacía aún más mistica.
En el desierto pasamos un buen día a pesar del meneo que nos dieron los todo terrenos por las dunas. Jugamos un rato con las tablas de snow por la arena y degustamos una cena y baile típico de allí.
Dubai y su Burj Khalifa!!!!
Llevábamos días viendo rascacielos y estábamos acostumbrándonos a esas alturas pero lo de este edificio es descomunal. El resto se quedan en nada al lado de él.
A pesar de vuelos cancelados y viajes largos, la mala carrera tanto de Rober y mía, volveremos!!!